Espìritualidad encarnada,
histórica y de comunión
La espiritualidad de la Sagrada Familia se nos muestra a través de los miembros de una familia o comunidad de fe. Se trata de una espiritualidad encarnada, histórica y de comunión, es decir, basada en el testimonio antes que en la doctrina, en la experiencia antes que en la idea, en el misterio antes que en el silencio. La espiritualidad de la Sagrada Familia forma parte de lo que se ha llamado “nueva evangelización”.
Palabras como “espiritualidad encarnada” o “nueva evangelización”, son explicadas en los libros y en conferencias, sin embargo, la sabiduría que estas palabras comunican no puede ser comunicada solamente a través de manuales y lecturas; más bien se trata de una espiritualidad basada en la contemplación y el testimonio, la palabra y el gesto.
La nueva evangelización no es una doctrina, sino una nueva manera de “sentir” y ser miembro de la iglesia, de relacionarnos, de celebrar nuestra fe y orar. La nueva evangelización no se produce cambiando solo los libros de texto.
La fe pone en marcha el proceso de conversión alterando nuestros esquemas, prejuicios y seguridades. La gente que nos conoce percibe que algo está cambiando en nosotros porque el modo como nos ven y el modo como los vemos no es el mismo. Más tarde reflexionamos estas vivencias, pero una fe que no se ha sentido en el desierto, la oración, la mortificación, el conflicto, la duda, la promesa... es una fe formada de ideas en vez de experiencias.
La fe desafía nuestras ideas
La nueva evangelización retoma el sentido bíblico de fe, la cual no nace como una “idea” sino como una “experiencia” que a menudo contradice y desafía nuestras ideas.
La espiritualidad de la Sagrada Familia es un ejemplo de espiritualidad encarnada, de ahí que la:
a) experimentamos a través de nuestros sentidos, emociones, alegrías y tristezas
b) vivimos y celebramos en familia (iglesia doméstica)
c) compartimos y ofrecemos en comunidad (iglesia local)
d) reflexionamos y meditamos con la guía del evangelio y la tradición de la Iglesia (iglesia universal).
La fe: encuentro con una persona y una familia
La nueva evangelización retoma la experiencia de fe aquellos hombres y mujeres cuyas vidas fueron transformadas por el encuentro con una persona que los llamaba a ser familia, comunidad, pueblo...
Cuando vivimos nuestra fe como una llamada a la comunión de vida, oración y trabajo con nuestros hermanos/as, nuestra espiritualidad nazarena es profética, sacrificial, redentora y novedosa, sin embargo, cuando nuestros intereses nos alejan de la familia o comunidad a la cual pertenecemos, entonces, nuestra espiritualidad nazarena se deteriora hasta el punto de hacerse irreconocible e inútil para los planes de Dios.
La espiritualidad nazarena no es una ideología que limita nuestra experiencia de Dios a unas explicaciones o doctrinas. Se trata de una espiritualidad siempre en gestación y, por tanto, siempre trayendo nueva vida al pueblo de Dios.
Fe y espiritualidad
La fe cristiana no nace de nuestros deseos, expectativas y planes, sino del deseo y los planes de Dios. La fe la hemos recibido de Dios, pero nuestra manera de expresarla y celebrarla se concreta en el testimonio personal, dando origen a una espiritualidad.
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