Monday, March 10, 2014

LA HUMILDAD DE VIVIR EL MATRIMONIO, por M. Dolors Gaja, MN.


La humildad es virtud necesaria para toda persona. En Cuaresma solemos hablar de la humildad de Cristo, de la que nosotros debemos tener. El P. Raniero Cantalamessa aplica la humildad al matrimonio. Ojalá que este texto se comente en pareja…

“Yo creo que la humildad fue inventada por Dios, entre otras cosas, para salvar a los matrimonios. El matrimonio entendido como el amor entre el hombre y la mujer, nace de la humildad. Enamorarse de otra persona, cuando se trata de un verdadero caso de enamoramiento es el acto más radical de humildad que puede imaginarse. Significa ir al otro y decirle: "Yo no me basto, no soy suficiente por mí mismo, tengo necesidad de tu ser". Es como tenderle la mano y pedirle limosna a otra criatura, un poco de su ser.
Repito, es el acto más radical de humildad. Dios creó al hombre necesitado, mendigo, grabó la humildad en su misma carne desde que los creó varón y hembra, es decir, incompletos. Hizo de ellos desde el principio dos seres en movimiento, en busca uno del otro, insatisfechos cada uno de sí mismos. Podríamos decir que colocó a la criatura humana sobre un plano inclinado, pero inclinado hacia lo alto, no hacia abajo, porque la unión debería elevarlo desde el otro sexo hacia el Otro por excelencia que es Dios mismo. Por tanto, el matrimonio nace de la humildad. ¿Estáis convencidos?, y si nace de la humildad de la condición humana, no puede sobrevivir el matrimonio más que permaneciendo en la humildad. San Pablo decía a los cónyuges cristianos: "Vestíos de ternura profunda, de entrañas de misericordia, de agrado, de humildad, de sencillez, de tolerancia, soportándoos y perdonándoos cuando uno tenga queja contra otro". Hablaba explícitamente a los cónyuges. Los esposos tienen que vigilar para que el “otro” del que hablábamos, el diablo, no instale en medio de ellos la lógica del desquite, de la venganza. No hay que prestar oídos a la voz que grita dentro: ¿por qué tengo que ser siempre yo el que cede, el que se humilla?”.

LA HUMILDAD DE MARÍA Y JOSÉ

Partiendo de este texto vayamos a la Casa de Nazaret y veamos esa pareja modelo que forman José y María. No me cansaré de repetir que enaltecer la virginidad de María y su Concepción Inmaculada ha ido en detrimento de la figura de José y que ya es hora de darle su lugar en la vida cristiana.

Fueron ellos los primeros en vivir desde la humildad del matrimonio. No podemos seguir pensando que José se hizo necesario simplemente para tapar agujeros y proteger a María de una situación que se volvía amenazante. María vive a fondo su llamada y esa llamada pasa por el matrimonio con José. Y  ella sí siente que sin él está incompleta, que le necesita. Ella sabe decir con su vida “yo no me basto, José, yo nada puedo sin ti, tengo necesidad de ti”. Y no para lo legal porque María nunca se rebajaría a “usar” a José. Lo necesita para seguir su vocación que es la de ser Madre de Dios, educarlo, ayudarle a crecer.

El amor de María es sincero y total y no entra en conflicto con la exclusividad que Dios está pidiendo. Dios no es un rival que quiera ser siempre el primero. Dios está en ese amor de María y José. Nosotros tendemos a numerar, clasificar, establecer posiciones. Y Dios se ríe de esa manía…María ama a José desde Dios y José le lleva a Dios. Y lo mismo ocurre con José para quien María debía ser transparencia de Dios.
La pareja cristiana no deja de ser un “menàge a trois”. Cada uno firmemente apoyado en Dios y Dios uniéndolos. Como un puente que tiene sus pilares en orillas distintas. Para que haya matrimonio debe haber persona, pilar. Pero casarse es reconocer que un pilar en una orilla, por sólido que sea, está incompleto. Y por eso busco al otro, me enlazo con el otro. Sólo así se es puente y por el puente pasa la Vida.

La Vida nunca se instala en el puente. Y eso además de humildad es pobreza. José y María ayudaron a pasar a Jesús pero no se lo quedaron. Los hijos pasan por mi matrimonio pero no se quedan en casa.

Humildad y pobreza. Dos virtudes imprescindibles para la pareja.